La adolescencia puede ser una de las etapas más complejas para el ser humano, debido a los cambios fisiológicos, psicológicos, intelectuales y sociológicos que tienen lugar durante la misma. Este periodo comienza alrededor de los doce años para las niñas y de los catorce para los niños. Debido a los cambios físicos y psíquicos presentes en estas edades las necesidades nutricionales cobran gran importancia, al incidir directamente en el crecimiento y en la maduración sexual.
A pesar de que durante la adolescencia ambos sexos presentan similitudes, al hablar de nutrición es indispensable tener en cuenta que la dieta se tiene que ajustar de manera individual, de acuerdo con la talla, el estado nutritivo y la velocidad de crecimiento.

¿Qué nutrientes son indispensables en la adolescencia?

La guía Alimentación y Dietoterapia, de Pilar Cervera, Jaume Clapés y Rita Rigolfas indica qué necesidades nutricionales aumentan en esta etapa:

  • Las proteínas: sintetizan nuevos tejidos y estructuras del organismo.
  • Las vitaminas: intervienen en los procesos metabólicos, muy activos durante la adolescencia.
  • Los minerales: al igual que las vitaminas, intervienen en el funcionamiento correcto de los sistemas enzimáticos.
  • El calcio: este macroelemento mineral debe aumentar hasta los 1.200 o 1.300 mg diarios durante la adolescencia, al ser importante para el desarrollo del esqueleto. Si el adolescente es reacio al consumo de leches o equivalentes, puede completar esta necesidad con los frutos secos, como fuente alternativa del calcio.
  • El hierro: es necesario durante la adolescencia debido al incremento en el volumen sanguíneo que tiene lugar en estas edades. En las chicas, el consumo de hierro cobra gran importancia debido a la pérdida del mismo en la menstruación.
  • El zinc: se puede encontrar en una dieta que aporte alimentos de origen vegetal o en las semillas de los vegetales.
  • Buena hidratación: el consumo de líquidos ya sean zumos, lácteos o agua es imprescindible durante este periodo para la buena realización de los procesos biológicos.

Los problemas nutricionales más frecuentes en la adolescencia

A pesar de ser una etapa en la que hay buena apetencia por la comida, durante la adolescencia los niños y las niñas adquieren autonomía personal en la alimentación. Los nuevos hábitos de nutrición que la niña o el niño se autoimponen están fuertemente influenciados por los amigos y lejos de las normas tradicionales y familiares. Como consecuencia, es una etapa en la que los hábitos alimenticios son fácilmente modificables y pueden derivar en problemas alimenticios.
Los expertos indican cuáles son las principales contrariedades que se pueden dar en la alimentación durante este periodo:

Déficit cálcico

“El pico de masa ósea se adquiere entre los 25 y los 30 años”, especifican los autores, por lo que es imprescindible que durante la adolescencia exista un aporte de calcio adecuado que cubra las necesidades del organismo a corto y a largo plazo. De lo contrario, la ausencia de este mineral puede derivar en la aparición de osteoporosis en edad avanzada.

«La alimentación se tiene que ajustar de manera individual, de acuerdo con la talla, el estado nutritivo y la velocidad de crecimiento.»

Hiperlipidemia y aterosclerosis

Durante la adolescencia tiene lugar el inicio de la reducción gradual del diámetro arterial por la formación de las primeras lesiones de aterosclerosis, por lo que es imprescindible controlar el consumo de grasas saturadas y azúcares en esta etapa. También es importante su control debido a que los adolescentes suelen presentar excesos de colesterol o triglicéridos en la sangre, ya sea por primera vez o como consecuencia de antecedentes familiares.

Sobrepeso y obesidad

Cervera, Clapés y Rigolfas indican que “se calcula que un 70 por ciento de los adolescentes que en la actualidad presentan sobrepeso sufrirán de obesidad en la edad adulta”.

Comidas inadecuadas e irregularidades en los horarios

La buena presentación o los precios económicos son algunos de los alicientes que hacen que en la actualidad los adolescentes sean grandes consumidores de comida rápida. Ésta se caracteriza por ser rica en contenidos calóricos, en azúcares simples o de absorción rápida, en grasas saturadas y en sodio. A esto, se suma el consumo de bebidas refrescantes, las cuales aportan gran cantidad de azúcar y además favorecen la erosión dental.
Por el contrario, también es usual la omisión de alguna de las comidas, principalmente el desayuno, y en ocasiones, la cena, lo que desequilibra la alimentación diaria e incide en la falta de rendimiento escolar.

Anemias

La anemia se puede evitar mediante el consumo de carnes rojas, el hígado, el foie-gras o algún embutido que contenga sangre como las morcillas o la butifarra negra, una vez a la semana “En dietas vegetarianas muy estrictas puede haber anemia por déficit de vitamina B12”, puntualizan.

Abuso del alcohol

La adolescencia es la etapa en la que se suele iniciar el consumo de bebidas alcohó­licas, las cuales disminuyen el apetito y son nocivas para el sistema nervioso y el funcionamiento de órganos vitales como el hígado. “En caso de tomar este tipo de bebidas, el adolescente debe limitarse a consumir bebidas fermentadas como el vino, la cerveza o la sidra, pero en pequeñas cantidades y siempre es mejor tolerado dentro de las comidas y no fuera de ellas”, especifican.

Trastornos de la conducta alimentaria

La adolescencia se caracteriza por ser una etapa de riesgo de trastornos en la alimentación, que pueden desembocar en anorexia o bulimia nerviosa.

Adolescentes con actividad física importante

Si el adolescente realiza algún deporte de forma regular o de alta competición necesitará un aporte mayor de energía. No obstante, y aunque la alimentación deba variar para completar las necesidades del organismo, ésta debe mantener el nivel de crecimiento dentro de la normalidad y preservar la composición corporal de forma óptima.
La alimentación ideal para los niños o niñas que realicen algún deporte debe contener entre un 55 y 60 por ciento de hidratos de carbono, un 15 por ciento de proteínas y entre 25 y 30 por ciento de grasas. “La alimentación ha de ser ante todo equilibrada”, indican. La hidratación, como se ha mencionado con anterioridad, también es un factor importante. El niño o la niña debe hidratarse antes, durante y después de realizar el ejercicio.
Fuente: DMedicina.com
Fotografía: DMedicina.com
http://www.dmedicina.com/familia-y-embarazo/adolescencia/2016/10/04/alimentacion-correcta-adolescencia-114379.html

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