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En el mundo, cada año, unas 550 millones padecen enfermedades de transmisión alimentaria, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto se debe a que en algún momento de la cadena (desde la granja o la huerta hasta al plato) el producto que comemos se contamina con algún tipo de microorganismo. En una cuarta parte de los casos de intoxicaciones alimentarias, apuntan desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el foco del problema está en una adecuada refrigeración. Es decir, en muchas ocasiones, nos enfermamos proque no sabemos conservar bien los alimentos en el frigorífico.

La temperatura debe estar entre 1ºC y 4ºC para las carnes y pescados, y entre 5ºC y 8ºC para el resto de alimentos, pero también debemos saber dónde colocarlos.

Lo primero que debemos de tener en cuenta es que es necesario mantener el electrodoméstico a una temperatura adecuada. Cuando está más baja, «el crecimiento de microorganismos se vuelve más lento e, incluso, se detiene», afirman desde la OCU, por lo que recomiendan mantener el congelador por debajo de los -18ºC y la nevera entre 1ºC y 4ºC para las carnes y pescados, y entre 5ºC y 8ºC para el resto de alimentos. Pero si nuestra nevera solo tiene un termostato, ¿cómo la regulamos para conseguir las distintas temperaturas para conservar los alimentos adecuadamente? Lo ideal es colocarla a unos 7ºC. Dentro la temperatura variará de un estante a otro. Por lo que la clave para que nuestra comida se mantenga fresca durante más tiempo y evitar el riesgo de contaminación está en saber ordenar los alimentos.
«La zona más fría es la que está en contacto con el congelador: el estante de arriba en los frigoríficos tradicionales y, en los modelos combi, la parte donde están los cajones para las verduras o justo encima de ellos», aclaran desde la OCU. Teniendo esto en cuenta, tanto esta organización como su homónima en Estados Unidos, Consumer Reports, y Teka aportan algunos consejos sobre cómo debemos colocar los alimentos en los estantes de las neveras:
– Las frutas y verduras en el cajón, que está diseñado para poder guardar este tipo de alimentos sin necesidad de mantenerlos en bolsas, lo que mejora su conservación.
– Las carnes y pescados en las zonas más frías de la nevera. Es decir, en la balda de más arriba, si el congelador está en la parte superior, o en la que está encima del cajón, si el refrigerador está debajo del frigorífico.
– Yogures, lácteos y alimentos ya abiertos deben ir en las baldas intermedias.
– Huevos, bebidas, salsas y otros alimentos deben ir en las zonas menos frías, que son las baldas más alejadas del congelador y las que están en el lado interior de la puerta.
Mantener este orden también nos ayudará a encontrar con mayor facilidad la comida y no tener que pasar tanto rato con la puerta del frigorífico abierta, gastando energía y haciendo que suba la temperatura en el interior.
Fuente: diario «El País» Buenavida
https://elpais.com/elpais/2019/07/08/buenavida

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