No es sólo la comida basura
Dormir lo suficiente puede ayudar a los niños a mantener un peso saludable. Del mismo modo, ya se ha demostrado que cuanto más tiempo pasan los niños delante de la televisión o los ordenadores, mayor es su peso corporal. Del mismo modo, todas las comidas son importantes pero el desayuno es un factor clave para la educación en hábitos alimentarios saludables. Estas son algunas de las ideas fundamentales aportadas por los últimos trabajos de investigación publicados al amparo del estudio Idefics (Identificación y prevención de los efectos inducidos por la dieta y el estilo de vida en la salud de los niños), es un estudio epidemiológico paneuropeo multicentro que arrancó en 2007 impulsado con fondos de la Comisión Europea.
Recientemente, European Journal of Clinical Nutrition recogía uno de sus últimos aportaciones para subrayar algunos de los factores identificados. Los resultados decriben los efectos sustanciales de ver la televisión, más que otras actividades delante de la pantalla para los niños pequeños, tanto en los índices de consumo de bebidas azucaradas como en aumento del Índice de Masa Corporal y la obesidad central. «Nuestros hallazgos sugieren que la visión de la televisión parece tener un efecto más fuerte en los hábitos alimentarios y la antropometría que otras actividades», señalan las conclusiones del trabajo desarrollado por el Departamento de Alimentación, Nutrición y Ciencias del Deporte de la Universidad de Gothenburg, Suecia.
Poco antes, en un trabajo colaborativo capitaneado por la Universidad de Zaragoza, comprobó que aproximadamente un tercio de los niños no cumple con las recomendaciones de tiempo medio delante de una pantalla. Según este trabajo, la disponibilidad de un aparato de televisión en el espacio personal aumenta el riesgo de exceso de tiempo de pantalla total. Esta información podría ser utilizada para identificar posibles objetivos para las acciones de promoción de la salud pública de las poblaciones jóvenes.
Por otro lado, en trabajos previos, se ha analizado que el tiempo medio de sueño en la infancia varía considerablemente entre los países europeos (que van de 9-10 horas en Estonia a más de 11 horas en Bélgica). Los niños de Europa del sur y del este tienden a descansar menos horas que los del norte. De este modo, aquellos niños o niñas que duermen menos de 9 horas por noche son dos veces más propensos a tener sobrepeso en comparación con los niños que duermen 11 horas. Los niños en edad preescolar que duermen menos de 9 horas cada noche tienen un riesgo significativamente mayor de tener sobrepeso. Es más, los escolares que duermen menos de 11 horas tienen un riesgo un 40% mayor de tener sobrepeso, el cual aumenta un 300% si duermen menos de 9 horas. En muchos casos el tiempo que debe dedicarse al sueño se dedica a ver la televisión o a jugar a videojuegos, especialmente en el caso de los niños. Por consiguiente, una estrategia para luchar contra la obesidad infantil consiste en asegurarse de que los niños duerman lo suficiente. Para lograrlo, una medida obvia sería la reducción del tiempo dedicado a permanecer delante de una pantalla.
Según las encuestas realizadas a padres y madres, los niños que viven en zonas con una gran movilidad (con grandes posibilidades de jugar y ejercitarse al aire libre) participan en actividades al aire libre un promedio de 15 minutos más como mínimo que los niños que viven en zonas con movilidad reducida. Esta información es importante por razones políticas, a nivel municipal, y para las personas implicadas en la planificación de nuevas viviendas y estructuras medioambientales.
Los investigadores del estudio Idefics han desarrollado una puntuación de riesgo que tiene en cuenta la tensión arterial, el nivel de azúcar y de lípidos en sangre, y el peso de los niños. Con esta puntuación se puede estimar desde la infancia el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas en etapas posteriores de la vida. Al hacerlo, se ha comprobado que varios factores de riesgo de enfermedades cardíacas se presentaban ya en una proporción significativa de los niños del estudio Idefics.
Fuente: Diario de Sevilla