Las nuevas tecnologías están cambiando nuestros hábitos de vida. Y el móvil es el principal protagonista. Se puede decir que los españoles comen hiperconectados. Y no solo con el móvil, también con la televisión o el ordenador. Especialmente preocupan los hábitos de alimentación de los menores de 30 años, pues aumenta con el paso de los años el porcentaje de jóvenes que comen y cenan más pendientes de una pantalla de lo que se llevan a la boca. ¿Resultado? Hay más riesgo de obesidad, pues se comen más cantidades y no se mastica bien lo que se ingiere.

«Los nutricionistas avisan que comer más pendientes de una pantalla de móvil o de la televisión no es bueno.»

 

Gregorio Varela, catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad CEU San Pablo y presidente de la Fundación Española de la Nutrición (FEN), habla de una «alimentación en silencio» entre los más jóvenes «Me preocupa, porque los jóvenes se socializan menos. Comen delante de una pantalla y están más preocupados por ella que por la comida. Eso es estar lejos del modelo de dieta mediterránea. También son más sedentarios, controlan peor su peso corporal y comen menos variedad de productos», explica.

Según un estudio de la Fundación Mapfre y la Universidad CEU San Pablo de Madrid, en el desayuno existe mayor tendencia a prestar atención a lo que se está comiendo. Los fines de semana se incrementa el porcentaje de población que desayuna, come o cena conversando con alguien, debido a que es más frecuente realizarlas con la familia. A medida que se incrementa la edad, se tiende a prestar más atención a lo que se come en el desayuno. Además, se observa una ligera tendencia a ver menos la TV con la edad, exceptuando a los mayores de 75 años.

«Las mayores cifras de obesidad se encuentran en aquellos que comen viendo la televisión o delante de una pantalla.»

Respecto a la comida de mediodía, el porcentaje de personas que comen sentadas conversando con alguien se incrementa con la edad, hasta los 65 años, situación en la que se invierte la tendencia, debido a que existe un mayor porcentaje que vive solo, entre la población mayor. También existe una tendencia, a partir de los 30 años, a un incremento en el porcentaje de personas que comen sentadas, prestando atención a la comida. Esta misma tendencia también se observa en la cena. Hay unas preocupantes cifras de personas que comen y cenan viendo la TV en todos los grupos de edad. Como comentábamos, esta práctica de comer mirando una pantalla se ha asociado en diversos estudios con una mayor ingesta calórica y, consecuentemente, con mayores cifras de peso superior al adecuado.

De hecho, de forma muy interesante, entre quienes comen de pie o fuera de casa se observan mayores porcentajes de sobrepeso; y las mayores cifras de obesidad se encuentran en aquellos que comen viendo la televisión o delante de una pantalla.

La gran mayoría de los españoles realiza las distintas comidas en casa, tanto a diario como en fines de semana. Únicamente un 9,1% de los españoles come fuera de casa varias veces por semana.

Varela comenta que «desde el punto de vista social, comparativamente los españoles no estamos mal respecto a otros países«. «Tenemos un patrón de comidas de tres-cuatro diarias. Procuramos comer en familia e intentamos controlar nuestro peso, compartir y tener cualidades culinarias. Pero siempre podemos hacer las cosas mejor», concluye. Y la alimentación en silencio es uno de los hábitos a eliminar.

A.Grados
Fuente: Food retail
Fotografía: Food retail
http://www.foodretail.es/shoppers/gregorio-varela-alimentacion-silencio-jovenes_0_1196280364.html

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