Freidora de aire: ¿Electrodoméstico que se quedará?
Los electrodomésticos que innovan no siempre se hacen con un hueco permanente en el mercado. Algunos siguen un patrón: llegan con mensajes de renovación o incluso revolución, pero acaban en el rincón de las innovaciones olvidadas. Un ciclo similar puede suceder en los hogares, en los que no es difícil encontrar aparatos que dejaron de utilizarse (sí, como aquella licuadora…). Al igual que sucede con las bicicletas estáticas, hace falta perseverar en su uso para que no queden arrinconadas y mantengan su función.
Las freidoras de aire son el pequeño electrodoméstico de moda. Se pueden usar sin nada de aceite, pero lo ideal es emplear muy poco para que los alimentos no se peguen y queden más crujientes y dorados. En todo caso, el consumo de aceite puede bajar en un 80%, lo cual implica un ahorro directo en el consumo de aceite que permitirá amortizar la compra en función del consumo. Por otro lado, hay que reivindicar los beneficios para la salud de un consumo racional de aceite de oliva, santo y seña de la dieta mediterránea. Como en todo, lo ideal será buscar un equilibrio.
Así funcionan
Un ventilador potente mueve aire caliente (hasta 200º) a gran velocidad entre los alimentos. Es algo parecido a un horno, pero de pequeño tamaño. El proceso es más lento que en la fritura convencional. Si para freír unas patatas en aceite necesitamos cinco u ocho minutos, para freír la misma cantidad en una freidora de aire caliente necesitaremos una media hora a 200º. Si el tiempo tiene valor -que lo tiene-, es un dato a tener en cuenta.
Como sucede en la fritura con aceite, en la que deberemos mover los alimentos y darles la vuelta para asegurar un resultado homogéneo y apetecible, también si cocinamos con aire caliente deberemos mover el contenido para garantizar la calidad del resultado.
¿Mejores para la salud? Depende
Sobre el papel, y subrayando que el aceite de oliva es una parte esencial de una dieta tan recomendable como la mediterránea, la disminución del uso de aceite para freír supondrá una ventaja objetiva para mantener una dieta equilibrada. Menos frituras, menos gorduras. Sin embargo, ¿no corremos el riesgo de aumentar el consumo de alimentos poco sanos gracias a las freidoras de aire caliente?
No tiene mucho valor prescindir del aceite si vamos a emplear la freidora de aire para cocinar empanadillas, croquetas u otros preparados ultraprocesados. Es verdad que son más saludables que abusar de la fritura con aceite, pero dependerá de lo que cocinemos. Si freímos brécol, coles, coliflor, calabaza o zanahorias, perfecto, pero si freímos sanjacobos no estaremos ganando nada desde el punto de vista de la salud.
Ventajas más allá de la salud
La principal es la limpieza. Son aptos para lavavajillas y, al no generar aceites usados, no hay olores salvo los propios del producto cocinado. También son aparatos seguros que no emiten radiación y ponen punto y final al riesgo de salpicaduras, por no hablar de la limpieza de la encimera o de la placa de la cocina, que limpiamos con químicos cuando se manchan. Así que, por este lado, las freidoras de aire son muy aconsejables.
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