Para perder peso sin perder la salud no hay milagros: Se trata de cambiar los hábitos de vida causantes del sobrepeso por otros más sanos.
No es necesario recurrir a combinaciones de alimentos, ni a complementos o productos especiales.
Los principales hábitos de vida saludables que nos ayudarán a mantenernos en nuestro peso idóneo son:
-Tomar cinco raciones de frutas y verduras al día: No sólo nos ayudará a estar más sanos gracias a sus nutrientes beneficiosos, sino que, al sustituir los alimentos superfluos que consumimos entre horas por fruta o verdura, evitaremos el exceso de calorías, grasas, azúcares y sal.
-Tomar una alimentación rica en cereales (mejor si son integrales) y legumbres: Aunque en las «dietas milagro» se demonizan este tipo de alimentos, no están relacionados con ganancia de peso. Además, aportan nutrientes necesarios para nuestro organismo (hidratos de carbono complejos, fibra, vitaminas, minerales…) y variedad a nuestra dieta.
-Incluir lácteos y alimentos de origen animal: En el caso de los lácteos, los adultos podemos escoger lácteos desnatados, que nos aportarán menor cantidad de grasa y calorías.
Los alimentos de origen animal (carnes, pescados y huevos) se pueden ir alternando, consumiéndolos en raciones moderadas y acompañados de guarniciones vegetales (no hay olvidar asegurar las cinco raciones de verduras y frutas al día).
-Hacer cinco comidas al día: No se trata de comer más, sino más repartido. Saltarse comidas, lejos de ayudar a adelgazar, hace que lleguemos con más ansiedad a la siguiente ingesta y multiplica las posibilidades de «atracar» el frigorífico en busca de alimentos no saludables.
-Utilizar formas de cocinado suaves y con poca grasa: Debemos optar por alimentos elaborados a la plancha, al vapor, cocidos, asados, en papillote… frente a los fritos y rebozados. Hay una gran variedad de recetas sanas.
-Alimentos superfluos: Cuanto menos, mejor.
La bollería, snacks salados, chucherías, dulces… aportan por unidad una elevada cantidad de azúcares, sal y grasas.
Teniendo en cuenta que los hábitos saludables han de mantenerse a lo largo del tiempo, su consumo no supone ningún problema siempre que sea puntual.
-Hacer del agua la bebida por excelencia: Los refrescos, los zumos, las bebidas alcohólicas y sus combinaciones aportan calorías y azúcares sin nutriente alguno. Podemos consumirlos de forma ocasional (muchas veces están ligados a nuestro entorno social), pero no de forma habitual.
-Realizar actividad física: No hace falta «machacarse» en el gimnasio, pero es importante evitar el sedentarismo: pasear frecuentemente a buen ritmo, subir las escaleras, jugar con los niños…
-Ponernos en manos de profesionales sanitarios: Si queremos una dieta personalizada, hemos de ponernos en manos de profesionales competentes, como el diestista-nutricionista, cuya formación universitaria está centrada en el campo de la alimentación. Acudir a un profesional colegiado nos evitará el intrusismo profesional y el fraude.
Siguiendo estos consejos conseguiremos perder peso y ganar en salud.
Laura González
Diestista de Gastronomía Baska
 
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