Cómo, cuándo y por qué comer fruta
El azúcar añadido y el azúcar libre son grandes enemigos en la alimentación actual y quizá por eso, ante el término azúcar todos intentamos alejarnos con el objetivo de cuidar la salud. Sin embargo no todas las opciones son iguales y te contamos por qué la fruta es un alimento saludable al que no debes renunciar aunque contenga azúcar.
El azúcar que ingerimos cuando consumimos una pieza de fruta
Si bien el azúcar añadido o libre puede ser de origen industrial o bien, natural, en alimentos naturales encontramos azúcares como parte de éstos y muchos otros nutrientes beneficiosos.
Por eso, si consumimos una pieza de fruta entera estaremos sin duda consumiendo azúcar en forma de fructosa pero éste no es un azúcar nocivo para la salud debido a que no se absorberá rápidamente en el organismo, no ocasionará subidas de glucosa ni de insulina y por el contrario, nos saciará y beneficiará.
«Si consumimos una pieza de fruta entera estaremos sin duda consumiendo azúcar en forma de fructosa pero éste no es un azúcar nocivo para la salud.»
Es decir, aunque la fructosa es igual en un zumo que una pieza de fruta entera, cambia el efecto en nuestro cuerpo y por ello, ingerir la fruta a bocados siempre será mejor opción que en forma líquida.
Así, el azúcar que ingerimos cuando consumimos una pieza de fruta entera no nos perjudicará sino por el contrario, nos beneficiará junto a otros nutrientes de calidad.
Cómo, cuando y cuánta fruta consumir
La recomendación de limitar la ingesta de fruta es habitual, sobre todo si tenemos diabetes o queremos adelgazar. Sin embargo, resulta una buena fuente de hidratos siempre y cuando se consuma a bocados, con su fibra, su azúcar y todos sus otros componentes saciantes y beneficiosos.
Así, la recomendación actual señala que lo ideal sería alcanzar las 10 raciones diarias de frutas y verduras, esto es, cinco porciones de fruta y si lo superamos, pues nada será perjudicial.
«No importa mucho cuánta fruta consumamos a lo largo del día sino más bien cómo lo hagamos.»
El cómo ya lo hemos dejado claro: es fundamental consumir la fruta en su totalidad, con su fibra, sus hidratos complejos, su agua y todo lo demás, evitando sólo quedarnos con el agua, el azúcar, las vitaminas y minerales como sucede con los zumos.
Y así como no importa mucho cuánta fruta consumamos a lo largo del día sino más bien cómo lo hagamos, tampoco es de relevancia el cuándo o el momento del día en que deseamos ingerirla.
Ingerirla por la noche no nos perjudicará, como así tampoco en la mañana, antes o después de cada comida. Al contrario, como sucede con las verduras, recomendamos la ingesta de fruta siempre que podamos, evitando zumos y priorizando ejemplares enteros o en trozos, frescos y de temporada.
Gabriela Gottau
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