Lo primero que nos viene a la cabeza cuando pensamos en dieta mediterránea es en una paella, una copa de vino, un pincho de tortilla, unas migas manchegas o una gran siesta con el pijama. Y esto es así, declaramos nuestra dieta como mediterránea cuando estamos con los familiares o amigos tomando un vino y unas aceitunas.
Lo que se entiende por dieta mediterránea queda bastante lejos de lo que actualmente entendemos por ella. Tendemos a confundir dieta mediterránea con tradición. La paella no es dieta mediterránea, y ni mucho menos la copita de vino todos los días para comer (y para cenar, si me apuras).
Estamos acostumbrados a escuchar frases del tipo: “La mejor forma de perder peso es haciendo la dieta mediterránea”, “la dieta mediterránea siempre viene bien en todos los casos”, “¿tienes la tensión alta?, no te preocupes, con la dieta mediterránea está todo solucionado”. Y esto está muy bien en la teoría, pero en la práctica no lo llevamos muy bien. Confundimos dieta mediterránea con tomarnos unas cervecitas con los amigos mientras nos estamos comiendo unas patatas fritas que contienen un tipo de grasa de dudosa calidad. Esto dista mucho de lo que propiamente es la dieta mediterránea.

«Tendemos a confundir dieta mediterránea con tradición.»

Ancel Keys, cuando comenzó a escribir sobre la dieta mediterránea, no especificaba nada de alcohol en las comidas, ni lo especial que podría ser la paella, el pincho de tortilla o las patatas fritas (no tengo nada en contra de estos platos, simplemente no hay que relacionarlos directamente con este tipo de dieta).
Para comenzar, la palabra dieta proviene del griego diaita, que en su traducción significa estilo de vida. Esto nos da una pista acerca de la esencia de esta dieta mediterránea.
La dieta mediterránea no sólo se basa en una alimentación saludable, si no en un estilo de vida saludable, que es diferente. Este último término engloba muchos aspectos que van desde la alimentación hasta el ejercicio físico, pasando por la sociabilización y la salud psicológica.
En cuanto a la alimentación, como ya he dicho, la dieta mediterránea no se basa en los platos y bebidas que primero nos vienen a la cabeza. En realidad, la alimentación debe estar basada en frutas, verduras y hortalizas (preferiblemente que sean frescas, locales y de temporada), preferir los aceites vegetales (como el aceite de oliva), incluir legumbres y cereales integrales, entre otros alimentos; evitar en especial los productos muy ricos en sal y azúcar refinados, así como el alcohol.

«La dieta mediterránea no sólo se basa en una alimentación saludable, si no en un estilo de vida saludable, que es diferente.»

Una auténtica dieta mediterránea aboga por la cocina, por cocinar los alimentos reales que recogemos frescos para conseguir de ellos el mayor aprovechamiento posible.
Por otro lado, la publicidad ha hecho que el término de dieta mediterránea sea aún más confuso para toda la población, o si no recordad aquellos anuncios de bebidas alcohólicas con su lema mediterráneamente, que fomentaban el consumo de cerveza y lo relacionaba con un estilo mediterráneo.
Y es que la televisión nunca trae nada bueno. Por eso, otra de las premisas de este auténtico estilo mediterráneo es la práctica moderada de ejercicio físico, olvidando las largas horas de televisión en las que desaprovechamos un buen clima para correr, una buena tarde para pasear o una buena mañana para ir al gimnasio.
Ahora tenemos un poquito más claro que el pincho de tortilla, la paella, el pisto, el cocido o una buena siesta distan mucho de lo que en esencia es la dieta mediterránea. No debemos confundir la tradición de una comunidad autónoma o de un lugar determinado con la dieta mediterránea… con el estilo mediterráneo.
Sara Jiménez
Fuente:Alimmenta. dietistasnutricionistas.es
http://www.dietistasnutricionistas.es/nos-hemos-distanciado-del-concepto-de-dieta-mediterranea

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