Huertos urbanos: cómo empezar
En sólo unos años, las cubiertas vegetales y los huertos urbanos han llevado temas importantes como proximidad o sostenibilidad al corazón de las ciudades, porque son las ciudades las que comienzan a ejercer su responsabilidad como espacios productores de alimentos vegetales. Para sumarse a esta tendencia y comenzar a consumir productos cosechados por nosotros mismos no son necesarios grandes espacios o requisitos, de hecho podemos comenzar en nuestro pequeño balcón.
De acuerdo a las posibilidades del espacio del que dispongamos, podemos recurrir a pequeños huertos verticales de varias piezas. Pueden ser de unos 50 cm. de ancho y albergar tres o más pequeños maceteros. Son estupendos para obtener nuestras propias plantas (menta, albahaca, perejil…). Podremos emplearlas para llevar nuestra cocina a un peldaño más alto gracias a su presencia en nuestras salsas, ensaladas, pastas, y además estaremos disfrutando con todo el proceso, sobre todo si los fabricamos en casa con materiales como madera.
Las jardineras horizontales pueden ser de cualquier tamaño. Pueden albergar flores, naturalmente, pero también plantas de raíces largas. Las que adquirimos en establecimientos están tratadas contra la humedad y la corrosión. Deben contar con un adecuado drenaje y en estos huertos urbanos podremos cultivar cebolla, lechuga, zanahoria, fresas, ajo y otros alimentos adecuados al volumen de tierra del que dispongamos.
Para huertos urbanos verticales los precios arrancan en torno a 25 euros. Los huertos o maceteros horizontales tienen un precio de partida de unos 70 euros. Siempre hay que tener en cuenta que los cultivos deben combinarse teniendo en cuenta las necesidades de cada plantación: riego, abono o luz son claves para el buen rendimiento de nuestro pequeño gran huerto urbano.
© Comesaudable, Madrid 2020.
Foto: Patricia Maine Degrave en Pixabay