Son muchos los que se declaran amantes fieles del picante en las comidas. Muchas cocinas regionales lo incluyen entre sus ingredientes principales y la verdad es que se convierte en uno de los atractivos más interesantes para muchos para combinarlo con prácticamente todo.
Sin embargo, pese a que su uso está realmente muy extendido, nos encontramos con muchos mitos sobre el picante que vale la pena ir dándole la vuelta porque son realmente cosas que no son ciertas, sino que las hemos aprendido porque se repiten como si de una verdad universal se tratase.
 
El mito del sabor picante. Probablemente cuando hablamos de sabores nos referimos a dulce, amargo, agrio, salado y picante. En realidad, nos confundimos de pleno, porque el picante no es un sabor, y los cinco sabores son dulce, amargo, agrio, salado y umami. Entonces, ¿qué es el picante? Para la gran mayoría de expertos el picante es una sensación. No es algo que nuestras papilas gustativas puedan percibir como sabor, sino más bien una especie de dolor que provocamos en éstas y que se transmite al cerebro como cuando tomamos algo muy caliente.
 
¿Por qué hay culturas que adoran el picante y otras que no lo soportan? La pregunta en sí tiene matices, porque hay mexicanos a los que no les gusta el picante. Pero en general, que nos gusten o no ciertos alimentos es una cuestión de cultura, ya que hemos crecido con ello, y a base de costumbres y del día a día, aprendemos a introducirlos en nuestra dieta sin a veces darnos ni cuenta. Sin embargo, las investigaciones han concluido que en otros casos, el componente genético también afecta de manera importante. Así, parece que hay ciertos individuos que tienen en sus genes mejor tolerancia a esta sensación que otros. En mi caso, mi genética debe ser realmente mala, porque es una cosa que no logro soportar.
 
¿Es el picante malo para el estómago? En realidad hay varias investigaciones que asocian el consumo de picante en personas que sufren de molestias y dolencias en el estómago a un empeoramiento. Pero otras desestiman esta causa y más bien encuentran efectos positivos en el consumo de éste. De todos modos, en mujeres en las que no hay ningún problema estomacal, ni molestias digestivas, el picante no debería ser ni bueno ni malo en ese sentido. O al menos, hasta el momento, no hay evidencias científicas que lo demuestren de forma clara.
 
El picante en las dietas para adelgazar: en realidad, el picante no se ha demostrado jamás como una ayuda al adelgazamiento. Más bien, todas las investigaciones científicas al respecto han concluido que nada tiene que ver en el asunto. Tan solo un estudio realizado el año pasado llegó a la conclusión de que en muy altas dosis podía tener una pequeña incidencia positiva, pero precisamente por lo pequeño de la reacción y por la gran cantidad que se debía consumir, se desestimó como un hecho.
 
¿Es el picante un anticancerígeno efectivo? Es otro de los grandes mitos que se repiten sin cesar en nuestra sociedad aún sin alguna prueba científica que los avale. En el caso del picante, viene porque la cúrcuma está casi siempre en los productos de los que se saca este condimento, y en las tiendas alternativas la consideran muy positiva a la hora de luchar contra el cáncer. Sin embargo, hasta la fecha, ninguna investigación científica ha demostrado tal cosa, y a los médicos les preocupa cómo estas terapias alternativas pueden influir en los pacientes que padecen este tipo de enfermedades. Así que cuidado con las cosas que no tienen rigor científico y se venden como soluciones y panaceas que al final acaban dándonos más problemas.
 
Fuente: Expogourmet
http://www.expogourmetb2b.es/n-/6873/lo-que-deberiamos-saber-sobre-el-picante-en-la-comida
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